por José Centeno

UN CURA DE BARRIO. EL CURA DE SANTO TORIBIO

El nueve de marzo hace diecisiete años, 2002, nos dejó Millán Santos. Millán para sus amigos los niños de la catequesis, Nueva Unión y el Tori y de los que se sentían cercanos a él que era casi todo el mundo. El Padre Millán para las autoridades y católicos adversarios de sus ideas que no eran pocos. Y don Millán en el trato burocrático civil y eclesiástico.

El día siguiente a su fallecimiento, 10 de marzo, se celebró el funeral con presencia del arzobispo Delicado Baeza en la parroquia que en opinión de algunos curas, más que un templo parecía una fábrica. Al final del acto se leyó en la iglesia-fábrica abarrotada de gente hasta la calle la siguiente despedida:

Nos despedimos de ti, Millán, todos cuantos te hemos visto por estas calles del barrio; nosotros que hemos recibido tu apoyo y tu acogida.

Adiós en nombre de los niños a quienes acariciabas sonriente, en nombre de los jóvenes y adolescentes que, agrupados en NUEVA UNIÓN o en el GRUPO DEPORTIVO Y CULTURAL STº TORIBIO, impulsaste con entusiasmo inculcando la convivencia, el cariño y la amistad; adiós en nombre de tus amigos y amigas de FE y LUZ a los que ayudabas a superar sus insuficiencias psíquicas en encuentros y fiestas tenidos en estos locales

Adiós, Millán, de parte de los ancianos y ancianas, que se acercaban a saludarte o les visitabas en sus domicilios, y del Hogar de Jubilado al que tanto contribuiste a su creación. Los niños y los ancianos eran tus predilectos.

Adiós en nombre de todos los que han pasado por el Centro Cívico-Casa de Cultura que se engendró en esta parroquia; de tantas personas y tantas mujeres del barrio que se han abierto a la cultura, al pensamiento y a la sociedad a través de las aulas de Educación de Adultos y del Grupo Cultural y de Tiempo Libre de Stº Toribio que cuidadosamente fuiste modelando como maestro junto con tus incansables colaboradores.

Adiós, Millán, de parte de tantos grupos cristianos de los que has sido animador y colaborador, grupos de catequistas, Cáritas y demás grupos parroquiales, grupos de Valladolid de Acción Católica, Manos Unidas, Comunidades Cristianas Populares, Cristianos por el Socialismo, Somos Iglesia…

Adiós, Millán, en nombre de los curas, tus compañeros, a quienes siempre inyectabas tu empuje e incansable inquietud evangélica por una Iglesia renovada cercana a los más pobres, a los explotados y a los excluidos de la sociedad.

Te decimos adiós, Millán, en nombre tantos hombres y mujeres que se acercaron aquí a este templo a asambleas de trabajadores, asociaciones de vecinos, reuniones sindicales, comités de huelguistas, encuentros de universitarios, que encontraron en este lugar un oasis de libertad para luchar por la Justicia en aquellos años de nuestra sociedad desértica de Derechos Humanos y libertades

Nos despedimos de ti, Millán y esperamos reencontrarte en el mundo nuevo que siempre soñaste donde tú ya te hallas viendo cara a cara al Dios de tu fe, mundo nuevo por el que siguen haciendo posible aquellos que, como Jesús, tu único Señor, luchan por la justicia y el derecho para que coman los que tienen hambre, se abran las puertas al emigrante, se cobije a los “sin techo”, se reciba a los drogadictos, leprosos de hoy y no se condene, como Jesús, a las prostitutas.

Millán, una vez más volvemos a decirte: ¡ADIÓS Y HASTA LA VISTA! todos juntos con nuestras manos en un sonoro aplauso

Parroquia de Santo Toribio. Valladolid 9 y 10 de Marzo de 2002

José Centeno. Vecino de Delicias

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